A veces pienso en la ambivalencia a largo plazo de las cosas, no entiendo como envejecemos por fuera y podemos también cambiar tanto por dentro, como cuando una bella chica Indie pasa con su capucha y sus auriculares frente a la vidriera de una casa de ropa pret a porte y la mira de reojo, siendo que avanzada de edad, en su cuenta regresiva entrara allí mismo a comprarse una linda blusa y un saco de vestir entallado.
Eso pasa también con los satánicos de hoy, que gastan en anilinas y tiñen todas sus ropas de negro y Putean a todo santo o cosa cercana al cielo, para luego crecer y rezar a algún santo, mandar a sus hijos a catequesis y brindar en noche buena.
Eso me recuerda a una novia que tenia, que no quería caminar nunca de noche y cuando andábamos de día no podíamos quedarnos en las esquinas, locura o no todos cambian, todo parece una cosa y es otra tarde o temprano, como esos religiosos de la TV que ríen con su sonrisa de fe y por otro lado son contrabandistas y venden autos gemelos mientras cargan de culpas a sus fieles.
Aprendí que todo tiene el ying y el yang, otros no, y eso es muy feo, como le paso a Cris morena que perdió a su hija Romina (yang), ahora Cris es todo ying y no tiene reparos a la hora de atormentar con idiotas telenovelas para adolescentes que quieren escapar por una ventana, sentir que el mundo esta contra ellos y gastarle todo el saldo del celular a sus abuelas.
Cris se quedo sola, ahora es toda ying, como la bebida alcohólica ying tonic pero sin limón.
Como alguien que ríe siempre o llora siempre, alguien de un solo extremo, de una sola cara, y eso no puede ser así, eso es una mentira verdadera.
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